Centro Cultural Antiguo Instituto Jovellanos
La intervención de Barbosa Space Projects sobre el hall de entrada del Antiguo Instituto Jovellanos, parte del respeto absoluto sobre la estructura del original Real Instituto de Náutica y Mineralogía erigido en 1796 por Ramón Durán a instancias de Gaspar Melchor de Jovellanos.
El diálogo con la Historia, el sentido homenaje y tributo a las ideas de la Ilustración y la simbiosis entre cultura y sociedad, son las bases del proyecto. Es preciso señalar que esta observación no monopoliza la naturaleza de la intervención ni la condiciona, no siendo obstáculo para la ejecución a partir de un lenguaje completamente contemporáneo y de valores intelectualmente universales. No debemos olvidar ni las razones prácticas ni el programa de usos que impulsan este proyecto; un binomio de necesidades prácticas-estéticas, indisoluble y perfectamente resuelto, con una justificación artístico conceptual que pasamos a detallar.
El objetivo primordial es dotar a este espacio particular, sede importantísima de la cultura gijonesa y asturiana, y representante de las avanzadas propuestas culturales que se generan en la villa gijonesa y en ocasiones internacionales, de una recepción acorde con la importancia del lugar, muy inspirada en su importancia histórica pero apuntando definitivamente hacia el futuro.
En primer lugar se debe intervenir sobre un problema de corrientes, solucionando el cerramiento del vano de acceso principal. Para ello se opta por la práctica solución de incorporar una puerta giratoria desarrollada desde un lenguaje puro y simplista, mínima expresión de la funcionalidad exigida para estos dispositivos y que, recreándose en estas premisas minimalistas, alcance una gran consideración estética y decorativa.
Por otro lado, se pretende equipar dos puestos de trabajo y recepción perfectamente funcionales, que no sólo se contemplen como meros mostradores, sino que sean en sí mismos piezas de un gran valor escultórico, con un espectacular acabado cromado y un aspecto metamórfico, cambiante, y con claras referencias al mundo de la mineralogía y de la náutica. El resultado conceptual parte de la mezcla y suma de aspectos presentes no sólo en metales, sino en muestras de la vida marina e incluso en el valor cambiante de las aguas. Por lo tanto hay una lectura simbólica del proceso creativo en el que se gestan estas piezas sin descuidar de ningún modo la misión para la que son creadas.
Adquiriendo este valor artístico y explicándose mediante las alusiones constantes al pasado, para poder afrontar un nuevo futuro, se unen entre sí para conformar un magnífico presente fiel a la realidad que preside este espacio.
Lo que más destaca de esta intervención, y no tan subrepticiamente como cabe esperar en otras similares, es el total respeto por el espacio que lo alberga. Es decir, y lejos de redundar, la intervención se realiza añadiendo elementos, no alterando los ya presentes por ser estos un bien patrimonial muy a tener en cuenta. Por lo tanto, no se compite con lo existente, se dialoga y respeta y por supuesto, se enfatiza lo presente, algo infrecuente hoy día.